El avance hacia la igualdad de género en esta materia ha tenido sus altos y bajos en el tiempo; y aun hoy las mujeres debemos encontrarnos con situaciones de desventaja en relación a la fuerza de trabajo masculina, con esto me estoy refiriendo a la igualdad salarial, beneficios según el puesto y el reconocimiento de los objetivos y metas alcanzados en sus labores.
Cada vez son más las mujeres que ingresan en el mercado laboral, pero el detalle está en que aún existe la segregación en el trabajo, basada en el sexo; la remuneración es inferior en comparación al hombre, ocupando las mismas posiciones; la mujer, es así que está sobre representadas en el trabajo precario, en la economía informal y en trabajos con salarios bajos.
En muchas culturas, incluyendo la nuestra existió y aún quedan resabios de una notoria visión patriarcal en la lucha de los derechos femeninos. El trabajo femenino, siempre se vio invisibilizado, menospreciado, ignorado, desprestigiado; en fin, a diferencia de la mano de obra masculina que se entendió siempre como la realmente importante y se la vio, como el verdadero motor de la máquina económica de la sociedad.
Es muy importante que el trabajo femenino, deje de ser visto como complemento del trabajo masculino y sea valorado como corresponde. Estos avances permitirán una sociedad mucho más madura y equilibrada.